sábado, 29 de marzo de 2014

Fragmento 7 "Hacer de un dia de lluvia un dia de sol tras la cortina" (Zulema Guerrero Feteira)

(Parte 1 carta)
Cuando yo era pequeña, mi padre siendo un niño aún también, me contaba cuentos cada noche. Cuentos personalizados en el que caperucita perdía su zapato en el bosque, y los tres cerditos lo encontraban para llevárselo a Blancanieves, que dormía profundamente en lo alto de una torre, en un colchón que tenia una judía mágica debajo.
Y esa judía crecía hasta llegar hasta el cielo... donde está mi padre ahora mismo...
Y mi madre, aun sin contarme cuentos, me los escribía en versos, con acento gallego... escuchando gaitas y castañuelas de fondo... me contaba su visión del mundo desde mis ojos, desde mis manos... viéndome sentada entre jardines de nubes, hablándole al viento sobre el amor... esperando una respuesta que nunca llegaba...
Y aún así, sintiéndome atrapada, enamorada del amor, esperando una llegada... mi madre me decía en su cuento...

"Distingue bien en la vida, que es o no es teatro"

Y es justo aquí, en este momento, en el que tu nombre se ve reflejado...
En el que el viento, aun teniendo escasos años, me advertía con sabiduría que la vida es puro teatro. Que abriese bien mis ojos y prestase oído a mi alma, porque el amor... siempre llega... y por delante de tus ojos pasa...entremezclándose con actores, con versos que embelesan, canciones que engañan...
Pero solo el amor sabe sacar de la roca la espada.
Solo el amor de una verdadera amistad grita al mundo con los brazos abiertos
"Hasta el infinito y más allá"
Y solo el amor verdadero...Paciente e incondicional...
sabe sacar una sonrisa de una mascara de mimo,
sabe romper con alegría los muros que protegen un corazón.
Y sabe... con una mirada,
pedir un beso, reclamar un alma...
resucitar a un muerto, renacerlo de la nada.
Reconstruir su cuerpo y darle un corazón que lata...
"Zulema, levántate y anda"...
sal de esa esquinita donde te escondes con tu cámara,
enfoca tu objetivo y sin miedo dispara...
Pon tu mano en mi mano, y apóyate en mi mirada,  que mis labios son tuyos
cuando te quedas sin palabras...

Y por ello debo darte las gracias,
por dejarme tu mano cuando deberías quitarla. 
Por regalarme un beso cuando no merecía nada.
Por una mirada radiante que a través de tu corazón me habla...
y me dice que te espere,
que con paciencia todo se gana.
Una amistad, una caricia, unas palabras...
Mi corazón es el que manda, me dice que haga caso de tu mirada,
que recuerde los cuentos  que un día mi padre contaba...
Que vuelva a hablarle al viento
y a esperar...
Que todo teatro acaba...
y al final de los aplausos
el amor...
es el que gana.


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