"La vida es como una caja de bombones"... La mía es un archivador, que se abre a su antojo... tener pensamientos sobre pensamientos, y de repente aparecer en tu mente algo que ni recordabas... o querer recordar algo y no poder, o al contrario... no ser capaz de olvidar y venirse imágenes, olores, sensaciones, que se escondían en algún recoveco de mi ser, con o sin intención de traerlos a mi memoria.
Mi cabeza es un ordenador, siempre en ON, sin resetear ni formatear, y empiezo a pensar que pienso a veces demasiado, y que por mucho que archive, compacte recuerdos o intente aparcarlos, van a seguir haciendo lo que le de la gana... porque al fin y al cabo nosotros somos dueños de nosotros mismos, y si esas carpetas se abren y otras no, será porque mi subconsciente ha hecho saltar algún resorte.
¿Y que por qué pienso en esto? O ¿A que vienen éstas ideas? ... pues a algo... seguro. Realmente, ¿Qué más da? Si poca gente me entenderá... si a veces no me entiendo ni yo... si a veces prefiero no entenderme y sólo dejarme llevar...
La vida se compone de épocas, de tránsitos que vamos pasando y comenzamos uno nuevo, que sin duda sabemos que en algún momento terminará, y eso es lo que lo hace tan especial... saber que nada es para siempre. Saber que debemos aprovechar ese instante que vivimos porque con toda probabilidad nunca volverá, o al menos no igual que en ese momento.
Nacemos, crecemos entre risas, llantos, alegrías, penas, juegos... entre todo lo que la vida nos depara en un futuro, pero viviéndolo de diferente manera.
Separamos nuestra vida entre periodos de colegio y periodos vacacionales, donde esos veranos interminables no sabemos valorarlos de esa manera, sabiendo que nunca volverán a ser esos veranos de playa, piscina, helados, juegos hasta el anochecer, sin más preocupación que desear que tus padres no te priven de quedarte un ratito más jugando en la calle.
Esos días en los que no piensas que en un futuro no volverás a tenerlos así... pero eso es justamente lo que nos hace vivirlos de esa forma tan intensa. Si supiéramos que de mayores nos tocará trabajar (a la inmensa mayoría) estaríamos tan preocupados de vivirlos intensamente que ya tendríamos una preocupación y no lo disfrutaríamos de esa manera tan infantil.
Igual que dividimos el día en mañana, tarde y noche, dividimos nuestra vida, nuestros meses, nuestros años, nuestros periodos... Nos pasamos la vida anticipándonos a lo que va a venir, aprovechando "éste momento" porque mañana será diferente.
Y mi pregunta es... ¿Por qué no simplemente, vivimos?
¿Por qué no dejamos de dividir, de mirar hacia adelante y hacia atrás y únicamente miramos el "ahora"?
Suena tópico, lo sé. Pero sabemos que un día todo terminará y vivir con esa angustia no nos deja disfrutar como un niño descalzo todo el día en verano.
La vida es una. No está dividida en nada, simplemente hay tránsitos, que nosotros hemos querido ponerles nombre. Infancia, niñez, adolescencia, adulto, mayores, ancianos, etapas intermedias a los que no sabemos ni ponerles nombre... pero todo es una única cosa: VIDA. Y como bien se sabe, "Hay niños de 80 años y adultos de 80 que son niños", y eso es lo único que cuenta, y es lo único que a mi me importa, no dejar atrás nunca ninguna parte de lo que he vivido, porque como en otra ocasión dije, de ello estamos hechos.
Hoy solo me importa vivir, mañana con toda seguridad también, y así será hasta incluso el último día de mi vida, y será entonces cuando mire atrás, y espero haber aprovechado mi vida de la mejor manera posible, de la que yo quiera, porque cada uno tiene diferentes intereses, ni mejores ni peores, tan solo diferentes.
Tenemos un principio, sabemos que tendremos un final... y ahora mismos tenemos el "Ahora" ¡¡Aprovéchalo como mejor te apetezca!! porque nunca volverás a este preciso instante.
Gracias de corazón, por cierto, a dedicar éste momento de tu vida a leerme.
