viernes, 8 de agosto de 2014

Un viaje alrededor y al interior (RUTA SOSTENIBLE)

Cuando hablamos de hacer un viaje solemos hablar o pensar todos sobre lo mismo... Una semana de vacaciones, quince días... Una agencia de viajes o días buscando por internet la oferta perfecta y el lugar adecuado.
Preparación de la maleta cuidadosamente. Ropa según la ocasión, zapatos, maquillaje en el caso de las chicas, ropa interior para cada día que vayamos a estar...
Miramos que el hotel sea de nuestro agrado e incluso si podemos un pequeño paseo internautico por el lugar al que vayamos para saber sitios buenos para cenar y visitar.
Yo en este caso quiero hablar de un viaje muy especial... Un viaje en el que sabes la fecha de salida pero no exactamente la de regreso. Donde sabes quizás algunos días dónde duermes pero la inmensa mayoría no sabes ni dónde estarás ni donde dormirás ni que comerás... Un viaje al que sin duda me hubiese apuntado y al que espero algún día poder unirme o hacer algo parecido en alguna ocasión.
Un viaje que me está enamorando.
Un viaje que estoy viviendo desde antes de su comienzo con especial ilusión...
Un viaje de mi mejor amigo. De mi compañero en muchos sentidos. De mi Jimbo... Al que admiro por su fuerza y valentía. Por su interior tan lleno y por todo lo que me aporta desde siempre. Porque su alma no es mi alma gemela... Quizás fuimos una misma y nos partieron en dos y formamos una. Porque no conozco mayor conexión y amistad tan profunda aparte de la de mi mejor amiga "Pepi" (Porque somos muy dados a ponernos nombres que no sean los nuestros)
Por eso quiero dedicar ésta entrada a que conozcáis un poco su viaje y a él.

Somos personas... llamémoslo "diferentes" y quizás poca gente comprenda nuestro lenguaje a veces.
Realmente hablamos de Jose E. cuando me refiero a "Jimbo". Desde siempre nos llamamos así, Jimbo y Jimba. Son nuestros nombres.
Nuestra forma de saludarnos también es un tanto peculiar... "Sawabona" ( Te veo. Te respeto. Te valorizo. Eres importante para mi.
"Shikoba" (Entonces existo para ti)
Tengo tantas y tantas cosas que decir de éste viaje que no puedo nombrarlas todas, pero sí quiero pararme sobre todo en dar las gracias a todas y cada una de las personas que le han acogido, que le han dado un techo, una cama, un espacio por pequeño que fuera para descansar. Agua, alimento, una ducha. Compañía y hacerle parte de esa familia el tiempo que ha permanecido en cada sitio. Estoy inmensamente agradecida a todas éstas personas. Y gracias a ellas y a él, he vuelto a tener fe en la humanidad. En las personas. En la caridad. En la bondad. En el ser humano.
Se de buena fe que es totalmente cierto que los que menos tienen son los que más dan. Que la humildad es la base que te hace persona. Que hay valores que se han perdido en las grandes ciudades pero que por suerte aún hay gente que los conserva, y gracias a Jose podemos revivirlos, disfrutarlos, sentirlos...
Éste viaje es demasiado largo como para poder contar todo en un sólo post, así que a modo de introducción escribo esto, dejando el enlace de su propio blog  contando su viaje paso por paso con imágenes y relatos, y en breve volveré con nuevo post sobre él mucho más intimo y personal.
Un pequeño detalle. No viaja sólo... le acompaña un simpático monito llamado Bubo, que aquí os presento, del que quizás más tarde que pronto, en cuanto regrese de su viaje, (no se sabe cuando...) tengáis noticias increíbles de su vida, ya que tenemos un proyecto precioso entre manos los tres.
Yo apenas conozco realmente de que tratan estos viajes, sino fuera por él que con toda su paciencia me comentó detalles antes de partir. la preparación previa, las rutas, la manera de vivir, o sobrevivir a veces, la capacidad de hacer "amigos" durante el viaje que te ayudan y os apoyáis mutuamente, el viajar sólo o acompañado, o con una mascota, sea de carne y hueso o de peluche.
Es imposible explicar todo brevemente, os recomiendo de nuevo pasar por su blog y seguir su viaje junto a él, como tantas personas, incluida yo, estamos haciendo.
Gracias Jimbo por todo lo que me enseñas, por dejarme ver tus amaneceres y atardeceres desde tus ojos. Por dejarme acompañarte en cada recorrido y en cada parada, y saber que en tus pedaleos voy contigo en forma de música,
Por enseñarme tanto mundo y aprender que con poco se puede llegar lejos a base de esfuerzo y constancia. Por enseñarme a luchar contra viento y marea. Por enseñarme a escucharme a mi misma, que a veces entre el ajetreo del día a día y la sociedad no nos paramos a oír que es lo que realmente queremos hacer, como aprender a tocar la guitarra o hacer cosas nuevas que no nos atrevemos.
Por cada buenas noches y buenos días de palabras, música o imagen que recibo.
Por atreverte a volver a montar en bicicleta de ésta manera tan grande y dejar atrás tanto...
Gracias por tantas cosas...
Tantas...


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