Fuera empieza a oscurecer y mi alma es el reflejo
de esa vista tras mi cortina…
Apago las luces de mi corazón y solo dejo encendida
mi pequeña lamparita de la memoria… Ni siquiera mi transformación me permite
olvidarte.
El reloj quiere hacerme recordar constantemente,
sin cesar, que forma parte de la vida. Que estamos sujetos a él desde que
nacemos.
Tic Tac Tic Tac… pasan los segundos, soy consciente
de ello… Y no es solo mi tiempo… es mi espacio.
Y aun así dejo que el sonido del reloj me invada,
sin sentir temor de estar perdiendo nada.
Pasan así las horas.
Fuera no hay más luz que la de las farolas.
Ni una estrella, ni tan siquiera la luna se ha
atrevido a aceptar mi compañía.
El frío de la calle corta el cristal, empapado de
minúsculas gotitas… Debe ser que los Ángeles también lloran en silencio…
Mi corazón también permanece helado, mientras mi
cuerpo se calienta bajo la pesada manta impregnada en tu olor… bordada de
recuerdos…
Corro peligro de que mi corazón se resquebraje como
el fino cristal de mi ventana… como el hielo sumergido en agua…
Se resquebraja, lo oigo débilmente crujir en cada
latido, en cada golpe de reloj.
Nada hago por evitarlo…
Un grillo. Bajo mi ventana me atrevo a intuir,
entre la maleza que ha crecido en estos dos días en los que nadie parece
recordar que en esta calle habita vida.
Su cantar se intercala con el cantar de mi reloj,
con los latidos de mi corazón, a cual más pausado.
Entre esta oscuridad alzo mi mirada perdida,
buscando tu foto, dejando que mis ojos se acostumbren a vagar por estas
tinieblas, y poder enfocarte, para ver como desde ahí arriba, dentro de tu
portarretrato, me miras altivo, medio sonriendo…
Y me molesto a pensar que quizás en este instante
en el que nos miramos a través del tiempo, tú también estés observándome… Pero
esto no me reconforta.
Perder el tiempo con una persona…
Tiempo físico… Tic Tac, tiempo de reloj. Cada segundo en el que mi
recuerdo se pasea por tu mente, en el que te paras a verme en un papel al que
no puedes besar de verdad… Cada segundo en el que el hecho de escuchar mi
nombre te evoca mi olor, mi tacto, mi sonrisa…
Nunca será tiempo perdido, puesto que los momentos
que hemos querido compartir nos han hecho conocer más de nosotros mismos, y
quizás eso es lo que más hecho de menos… No solo a tu persona, sino a como soy
yo, a cómo me siento cuando estoy a tu lado… La persona que me haces ser.
Mientras estos pensamientos rellenan mi cabeza, voy
observando como el viento mece las flores del quicio de mi ventana, indefensas,
sin voluntad propia, dejándose mecer sin ton ni son… simplemente por que nada
pueden hacer contra ello.
El rocío les pesa y los pétalos, esta mañana
alzados hacia el Sol, ahora se reclinan presas de esta oscuridad que las apaga…
Sólo me escucho a mi misma.
que guapa estas en esta foto joia
ResponderEliminartodo esto que hay escrito es tuyo o lo copias de alguien o algun libro ??
que futura psicologa tenemos,guapa a mas no poder ,bueno ,es que soy su tio jejeje
muakkkkkkk ,te quiero zuli
Es todo mío tito. Jajaja gracias!! un beso. Yo también te quiero. Dale besitos a la abuela!
Eliminar